Torbellino

No escribo mucho en mi blog, y cuando lo hago, nadie me entiende, o nadie se molesta en hacérmelo saber. ¿Me preocupa? No.

Estoy consciente que pasan por mi cabeza muchas cosas, y tan sólo soy un pobre ser humano. ¿Por qué si pasan tantas cosas, no suelo escribir nada? Creo que mi cabeza es como un huracán, un torbellino. Consciencia está ahí, insulsa, parada en el centro de las ráfagas, mirando todas esas ideas dar vueltas meciéndose en el viento, le cuesta tanto trabajo alzar su frágil brazo y apretar el puño para tomar una de los tantos pensamientos que se arremolinan eternamente.

Pero no todo se trata de la pequeña Consciencia... Subconsciencia está ahí, del otro lado del torbellino, dicen que por fuera uno comprende mejor, lástima que sea la parte de mí que no puedo controlar. Quizá Subconsciencia es más lista, de seguro está del otro lado con una especie de red atrapa-mariposas y con facilidad toma las ideas, y así, toda esa filosofía queda sólo incrustada en mi cabeza. ¿Debería compartirla como mis demás amigos bloggeros? No sé, pero no lo hago a menudo, aunque me gustaría, esa parte egolatra que desea admiración o por lo menos comprensión (¿qué? ¿dije eso en voz alta?).

En fin, quizá tan sólo sea un poquito egoísta.