Primero que nada, prometo que será la última entrada sobre Kike, en mucho tiempo, jaja.
Ya era hora de despedirse, el momento que no quería que llegara... pero sabía que tenía que pasar. Ahí estabamos, los dos, frente al portón que divide la sala de espera a la de abordaje. Lo miro, me mira, siento temblor en las piernas pero ya ¡abrázame!
El obsequio que estaba guardando para el final reposaba sobre mis hombros y mi cuello, un collar de piedritas, hecho por indígenas seris, muy bonito, de mis favoritos... y al quitármelo para dárselo, se rompe y las bolitas caen una a una al suelo, causando un doloroso y a la vez placentero sonidito, algunas caras voltean, yo sólo me quedo como idiota y digo: "Bueno, eso era para ti, pero parece que alguien no quería que te lo diera". Acto seguido, las risitas torpes. No te preocupes, dice.
Y lo veo, cruzar el detector de metal, creo que sonó, pero pudo pasar. Reprimo algunas lágrimas y se me hace un nudo en el estómago ¿Cuándo lo volveré a ver? Quién sabe.
Él se quedó con una bolita, yo con otra... mientras que el suelo del aeropuerto, con decenas de ellas.
Y lo veo, cruzar el detector de metal, creo que sonó, pero pudo pasar. Reprimo algunas lágrimas y se me hace un nudo en el estómago ¿Cuándo lo volveré a ver? Quién sabe.
Él se quedó con una bolita, yo con otra... mientras que el suelo del aeropuerto, con decenas de ellas.
1 comentario:
y llena dos copas y vamos a bailar tú y yo (L) ay mi pubertad
pues la verdad no se puede negar:
so damn gay (L)
pero todos sabemos que no jsjsjsjs
bueno, pero me encanta que es tan dramático como real :')
Pero se volverán a ver :)
Publicar un comentario