Huellas

Busco desesperadamente una marca en cualquier lugar que me diga que estás conmigo, que me necesitas como yo a ti, para no sentirme tan idiota con mi soledad, para no sentir que mis esperanzas sean vanas y que sólo son una agonía prolongada de sueños que jamás tomarán forma real.

Mi imaginación y mi desesperación se alían para hacer sentir bien mi corazón, porque a cada lugar que voy, por cada camino que recorro, en cada rincón que lloro, veo esas huellas, que me cuentan que me estás siguiendo, que estás detrás de mí, cuidando de mi espalda, para atraparme en caso de colapsarme entre tanta ilusión.

Pero a pesar de los esfuerzos de mi "tú" imaginario, se desvanece entre sollozos y ráfagas de realidad, o más bien, entre tu inmunidad a mi dolor, a tus pies firmes sobre una tierra dura, indicándome que las huellas no pueden ser de nadie más que de mi pasado, yo, siguiendo con pena mis desilusiones.

La desilusión sólo puede nacer de la ilusión, y al final sólo me queda aferrarme a mis propios brazos.